Postales de la debacle ferroviaria nacional

FERROCARRILES DEL SUD -- INFORME

Una de las palabras que tomaron tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández en la presidencia, fueron los anuncios de inversión y la apertura de los viejos talleres ferroviarios argentinos. A más de ocho años de la llegada al poder del matrimonio patagónico, las promesas han quedado en la nada y la desolación reina en las vías argentinas.-

“Con hierros viejos, hoy ponemos en marcha sueños nuevos”, afirmaba el ex presidente Néstor Kirchner el 19 de noviembre de 2003, cuando en su visita a la ciudad de La Plata anunciaba ante una multitud, la reactivación de los Talleres Ferroviarios de Los Hornos.
 
La llegada del kirchnerismo al poder significó una esperanza sobre la posibilidad de que el ferrocarril volviera a tener la importancia que supo tener antaño en la formación de una identidad cultural nacional y que con ello se volvieran a recuperar las decenas de miles de puestos de trabajo que se perdieron con la privatización del servicio ferroviario en 1989.
 
En un momento determinado de la historia, la Argentina tuvo un sistema ferroviario que unía todos los puntos del país, con casi 100.000 kilómetros de vías, con más de 60.000 Km . de esas vías utilizables y que la llevaban a ser un ejemplo en la región, donde el ferrocarril estaba destinado sólo a las ciudades centrales y no llegaba a su interior.
 
En la actualidad, vemos como desde la Secretaría de Transporte de la Nación, que hasta hace poco tiempo atrás encabezó Ricardo Jaime (procesado por diversos delitos de corrupción por el juez federal Norberto Oyarbide), se anunciaron obras que tendían a la reactivación del sistema ferroviario, pero que en la realidad, han terminado en la nada. Ejemplo de esto último son los anuncios que se han hecho sobre la reactivación de los Talleres ferroviarios de La Plata, Tafí Viejo (Tucumán) o Junín en la provincia de Buenos Aires.
 
La situación de los talleres varía de acuerdo a lo que se mire. Por ejemplo los talleres de Tafí Viejo llegaron a ser en la época del primer peronismo en la década del ’50 del siglo XX, los más grandes de América Latina, con 22 hectáreas ocupadas y unos 5.500 obreros, entre todo su personal. Su ubicación en el centro noroeste argentino les garantizaba conexión con todo el país, lo que le imprimió un perfil industrial a la ciudad.
 
En los talleres de Los Hornos en la ciudad de La Plata pasa algo parecido, ya que los mismos fueron creados en la década del ’70 con la idea de volver a reconstruir un ferrocarril de alta velocidad en el país, donde todo lo que era vinculado a vía y obras, con todos los elementos auxiliares que se utilizaban, se reparaban en esos talleres. En los ’90, con el advenimiento de la privatización del sistema ferroviario, los talleres se cerraron y a partir de ahí, las promesas sobre su reactivación no cesaron y hoy se encuentran prácticamente en el olvido más allá de la supuesta reactivación llevada adelante por la empresa gala Alstom.
 
En Junín los talleres fueron la fuente de trabajo durante largas generaciones de cientos de habitantes de la localidad, donde se fabricaban y reparaban íntegramente vagones y locomotoras. Tenían 65 secciones, entre ellas tornería, tapicería, carpintería y cerrajería, todo ello alojado en un predio de 30 hectáreas , en donde se emplearon hasta 4.000 personas, y significó un gran crecimiento económico y demográfico.
 
Desde el año 2003, se viene pregonando desde el oficialismo, que el gobierno nacional viene trabajando para la apertura del sistema ferroviario destruido por el neoliberalismo en los ’90. La realidad ha demostrado que más allá de los pomposos anuncios sobre la reactivación de talleres o ramales que se habían perdido en pasadas décadas, todavía ninguno se ha plasmado en la realidad. La gente en los ferrocarriles cada día viaja peor y los servicios distan mucho de ser lo que el usuario pide.
 
Para adentrarse mejor en esta situación, la Agencia de Noticias CNA se puso en contacto con el presidente de la Comisión Nacional Salvemos al Tren (CNST), el ingeniero ferroviario Norberto Rosendo, quien aseguró que “en materia ferroviaria, el gobierno de los Kirchner ha profundizado el modelo menemista. Y ha hecho todo lo que estuvo a su alcance para evadir los controles legales o públicos sobre las acciones de gobierno. El tema de la corrupción se extendió a todo el sistema con el mecanismo de los subsidios”.
 
Siguiendo en esa línea, Rosendo afirmó que el kirchnerismo “ha profundizado el sistema solo para amigos, dejando fuera del paquete a muchos sectores. Empresas del riñón K como EMEPA (Romero) o Benito Roggio han hecho importantes inversiones en el sector, como por ejemplo la compra de los talleres de PEREZ y Laguna Paiva por Romero o la construcción de nuevos talleres por parte del grupo Roggio, seguramente en función de acuerdos entre estos grupos y el gobierno la cual no es transparente ni se ha publicitado. No hay una política definida en el sector y se trabaja a impulsos de la demanda generalmente”.
 
“No se cumplieron las promesas electorales ni las que realizó Néstor Kirchner. Se dio una clara preeminencia a las empresas privadas sobre las públicas, dando como consecuencia una lenta agonía de los FC en manos de las provincias como SEFEPA SEFECHA o FERROBAIRES”, subraya el titular de la CNST.
 
Con respecto a las promesas sobre la reactivación de los talleres ferroviarios, Rosendo es demoledor al señalar que “el taller Los Hornos es un taller que fue construido con la plata de los argentinos y a GIP Alstom se lo dan sin pagar un mango. El taller fue construido para reconstruir vías y aparatos de cambio. Gip Alstom hasta el momento lo único que ha hecho es ocupar dos naves, que bien podría haber alquilado en cualquier lugar y en ellas poner a punto trenes que trajo desde brasil. Ni siquiera se tomó el trabajo de revivir la infraestructura de vías de entrada ferroviaria al taller. Pero sí puso un cartel bien grande con su marca”.
 
Uno de los pocos ingenieros ferroviarios que quedan en la Argentina, remarcó que “el de Tafí Viejo se ha transformado en un enorme depósito de los planes sociales y en una excusa para pagar 50 sueldos a activistas de la zona; de trabajo ferroviario, poco y nada. En el marco del taller EMEPA, se está reconstruyendo el ramal Tafí-Tucumán pero todavía no corrió ningún tren y la inauguración se va corriendo de fecha hacia delante”.
 
Una situación complicada la que le toca vivir al sistema ferroviario hoy en día en nuestro país, con innumerable críticas por parte de los usuarios que reclaman a gritos un mejor servicio, y que como hemos visto, viene de larga data, con gran cantidad de gobiernos que no hicieron nada por el crecimiento de la Argentina , y que terminaron apostando a intereses foráneos, que lo único que hicieron, ha sido destruir al medio de transporte más popular y que hizo que la Argentina estuviera unida y con un objetivo común de cara al futuro.
 
El gran pensador e intelectual argentino, Raúl Scalabrini Ortíz, en su magistral obra “Historia de los ferrocarriles en Argentina”, planteaba que “los ferrocarriles constituyen la llave fundamental de una nación”, ya que servirían para la unión de todos los puntos del país, y lograr que de esa manera  se pudiera lograr un mayor bienestar para todos los argentinos. El Estado argentino debe poner manos a la obra y encaramarse detrás de las ideas de Scalabrini Ortíz, para recuperar un ferrocarril que esté al servicio de toda la sociedad y vuelva a ser la base fundamental del país.  
 
A casi 8 años de las palabras del ex presidente anunciando la reactivación de los talleres ferroviarios en nuestro país, que supieron ser hace unas décadas atrás los más importantes de Latinoamérica, la situación marca un total estado de inactivación y un paisaje totalmente desolado, que hace que los sueños de viejos ferroviarios queden desvanecidos.

FUENTE: AGENCIA NACIONAL DE NOTICIAS
25-10-2011