Tren tardo casi 12 horas en llegar a Mar Del Plata

FERROCARRILES DEL SUD -- ACTUALIDAD

Se rompió la máquina y quedó varado en Chascomús. Devolvieron el dinero a los pasajeros.


Larga cola. Los pasajeros, ayer, en la ventanilla de Ferrobairres.

 


 







Contaban cansados y malhumorados los pasajeros al llegar a la estación de la avenida Luro que “la máquina venía despidiendo olor a combustible” y que ya había hecho algunas paradas “como para que se enfriara un poco”. La última la hizo dos horas después de partir de Plaza Constitución, en la estación de Chascomús: ahí quedó. Los pasajeros contaban que recién unas dos horas después de la escala obligada, cerca de las tres de la madrugada, cuando les sirvieron “un cafecito”, les informaron lo que ya era evidente, sobre un desperfecto mecánico, y que debían esperar la llegada de otra locomotora. A muchos los despertó el traqueteo cuando la formación volvió a tomar impulso, era cerca de las seis, para completar el viaje en casi doce horas.
Los problemas con las formaciones del ferrocarril General Roca, con escaso mantenimiento y escasa inversión, persisten a sólo 40 días del arranque de la temporada alta de verano. Hace dos meses la misma formación saltó de las vías cuando circulaba a paso de hombre al entrar a la estación. El panorama no es el mejor luego del anuncio de la suspensión del servicio de los muy promocionados trenes Talgo, comprados a España por 90 millones de pesos.
El boleto más barato comparado con el de los micros (desde 220 pesos) atrae a un buen número de pasajeros a viajar en las formaciones de Ferrobaires. El suboficial de la Armada Humberto Cepeda pagó $ 104 por un boleto en Pullman; Fabián Crisatuli, empleado en un restaurante de Mar del Sud, pagó $ 78 por uno en clase Unica.

Cepeda, que retornaba a su ciudad, conoce el riesgo de viajar en el corredor Roca. “Es la tercera vez que me pasa y las tres veces en Chascomús”, contó en la cola que se formó frente a las boleterías. La empresa dispuso devolver el importe del pasaje o, para quien lo eligiera, entregar un pasaje abierto.
“Tienen que cambiar las máquinas y los vagones, está todo muy deteriorado”, dijo Crisatuli, que llegaba “retarde” a su trabajo. A Luisa Olga Vanoni no le queda otra que abordar el tren. “El colectivo me marea, me descompongo”. Viajó en clase Unica a Mar del Plata para hacerse estudios médicos, pero perdió el turno. “Ahora me los voy a tener que hacer el lunes y para eso tengo que pagar algún hotel hasta ese día: ¿Esa plata quién me la da?”, protestaba en medio de la fila la damnificada. Dijo que el tren “venía parando, como para enfriar la locomotora”, porque “despedía olor a combustible”.
El tren que cubre el trayecto diario a Mar del Plata desde Buenos Aires había partido de Plaza Constitución a las 23. Debía arribar a las 5.30. A la 1 se detuvo en la estación de Chascomús y ya no volvió a arrancar. “Alguien pasó como a las dos horas y dijo que se había roto la locomotora y que había que esperar que llegara otra”, explicó Silvia Pereira, otra pasajera que llegaba para hacer trámites.
Esta vez hubo reemplazo para la máquina varada, una locomotora que llegó de Maipú; otras veces los pasajeros debieron completar el trayecto en micros que contrata Ferrobaires, como ocurrió el año pasado cuando Cristina Fernández llegó en el Talgo IV para inaugurar la estación ferroautomotora y el Roca terminó dando la nota al quedarse en Vivoratá. Como coincidía con el pomposo acto, a los pasajeros los llevaron hasta la Plaza Colón, frente a la playa. Ayer llegaron a la estación a las 10.30 y completaron un viaje tortuoso, de casi doce horas.

Clarin