YA NO CORRE EL TREN DE PASAJEROS A ESTACIÓN ONCE DESDE GRAL PICO.

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El tren de pasajeros que hasta hoy a las 14.30 se podrá observar en la estación de Santa Rosa no viaja a Buenos Aires. En realidad viene haciendo el recorrido entre la capital provincial y General Pico
El tren de pasajeros que venía desde Buenos Aires dejó de llegar a Santa Rosa el pasado 8 de agosto, aunque la novedad pasó casi inadvertida. Algunos que ven la llegada de la formación cada sábado alrededor del mediodía creen que sigue siendo el mismo servicio; pero se trata de uno que recorre el trayecto entre Santa Rosa y General Pico, pasando por Catriló.
¿Qué sucedió? Al parecer las devastadoras inundaciones que se produjeron en la provincia de Buenos Aires provocaron, a principios del mes de agosto, la caída de un puente en cercanías de Luján, por donde pasaban las vías.
Así el servicio quedó interrumpido desde ese momento, aunque nadie salió con tanto énfasis como cuando se anunció su reanudación a informar de la situación.

Cuando era una fiesta.
Cabe recordar que en su momento, cuando arribó el primer tren desde Buenos Aires, motivó una verdadera fiesta en la que miles de santarroseños fueron a la estación a recibirlo. Habían pasado 13 años desde la última vez que el ferrocarril con pasajeros había llegado hasta aquí.
Al principio había sido un convoy técnico para analizar el estado de las vías y la factibilidad para que una formación de pasajeros llegara a La Pampa con regularidad. Así especialistas de la empresa Ferrobaires evaluaron el estado de las vías para considerar la factibilidad de restablecer el servicio, y se estableció una frecuencia semanal: los sábados arribaba a las 12.25, y volvía a Buenos Aires los domingos a las 14.30.

Gestiones, pero no tantas.
En aquellos momentos hubo un interés cierto del intendente Luis Larrañaga, manifestado en gestiones ante el Ministerio de Interior y Transporte de la Nación; y aunque hubo un acompañamiento de Provincia, la realidad es que no parecía haber demasiado entusiasmo en seguir al jefe comunal en esos trámites. Ya entonces la interna se empezaba a manifestar con fuerza, y el encono llevaba a actitudes como esa: qué parezca que sí, pero no tanto. En el medio, la gente.
La intención era que llegara a Toay -como en las viejas épocas-, pero eso nunca se consiguió.
El servicio que comenzó a cumplirse establecía un recorrido desde Capital Federal hasta la ciudad bonaerense de Bragado, para finalmente culminar en esta ciudad.

Más de 200 pasajeros.
Más allá de que el trayecto demandaba mucha paciencia de los pasajeros, porque tardaba entre 14 y 16 horas, no fueron pocos los que empezaron a utilizarlo, un poco por la novedad de volver al tren, y otro poco por una cuestión económica: el boleto para viajar en primera costaba $190; el pullman $210; y el camarote doble $650. Como se puede advertir mucho más barato que el transporte vía terrestre, o en cualquiera de los micros que hoy hacen el mismo recorrido.
La formación, de tres vagones con una capacidad de 70 pasajeros cada uno, con un coche motor adicionado en ambos extremos del tren -en Santa Rosa no se puede maniobrar para “dar la vuelta”- empezó a ser más que una realidad, y a ser considerado por los que tenían que viajar a Buenos Aires. En sus últimos recorridos el convoy estuvo colmado en su capacidad, y hasta se dio el caso alguna vez que quedó gente en la estación porque no había más lugar.

¿Para qué Santa Rosa-Pico?
Desde que se produjo el problema y se suspendió el recorrido, nadie -ni autoridades provinciales, ni municipales, y tampoco de Nación- se interesaron por la cuestión. Hay una versión de que se estaría licitando el reacondicionamiento del puente caído en cercanías de Luján, pero poco más.
El tren que viene de General Pico parecería no tener mucha razón de ser, dado que nunca viajan más de 4 ó 5 pasajeros, con lo que resultaría absolutamente antieconómico, y además al público no le interesa porque tiene otras opciones más fáciles para trasladarse a otras poblaciones pampeanas.
¿Por qué se continúa entonces? Podría ser para que personal, que no es el que hay en nuestra provincia, siga percibiendo viáticos.
No hay demasiados justificativos para sostenerlo; y en realidad sólo provoca -así las cosas- molestias, porque en esos escasos viajes que hace obliga a disponer de personal de tránsito municipal para que vaya custodiando los distintos pasos a nivel hasta que entra o sale de la ciudad.
A esta altura correspondería que, quienes tienen responsabilidad, ofrezcan las explicaciones del caso.


La Arena
17/11/15